lunes, 28 de mayo de 2012

¿Cómo enseñarles a superar los problemas?




 ¿Tu hijo tira la toalla sin esforzarse en hacer las cosas? Incítale a ser más activo responsabilizándole de algunas tareas. Al comprobar que es más capaz de lo que él creía se convertirá en un niño feliz.
Es lógico que tu hijo te pida ayuda cuando haga algo por primera vez o cuando las cosas se le pongan difíciles, y está bien que le eches una mano, pero sólo después de que él lo haya intentado antes un par de veces.

Y es que si sales “al rescate” ante su más mínima demanda, puede volverse cómodo y habituarse a recurrir a ti no sólo cuando no sabe hacer algo, sino por vaguería o para acaparar tu atención.

Distinguir entre la falta de voluntad y la falta de capacidad para hacer alguna tarea es sencillo: si el niño ya ha demostrado que puede hacer algo similar él solo, no debería pedir ayuda, salvo que las circunstancias hayan cambiado (por ejemplo, pasar de ponerse las zapatillas de velcro a las de cordones).

En cualquier caso, hay que permitirle experimentar. Así descubrirá que las cosas no son fáciles y que cuanto más se esfuerza en conseguir algo, más gratificante le resulta y más satisfecho se siente después.

De la pereza a la lucha

Para que tu pequeño aprenda a ser luchador y activo en vez de derrotista y perezoso debes…

Celebrar sus logros
Felicítale cada vez que alcance una nueva meta, porque esto hará que se sienta satisfecho y deseoso de afrontar otros retos. Tu apoyo también le transmite el cariño que sientes por él, aumentando así su seguridad y su autoestima.

Ignorar sus peticiones innecesarias de ayuda
Así, al no recibir tu atención, acabará intentándolo por su cuenta.

Fomentar su curiosidad

Puede que tu hijo necesite nuevos retos para sentirse motivado. Facilítaselos realizando con él actividades que pongan a prueba sus habilidades (podéis preparar juntos un postre, por ejemplo). De este modo le animarás a superarse.

Elevar su autoestima
Tu pequeño necesita que le guíes para encontrar su identidad. Si te escucha decir que es trabajador, tenderá a ser así. Por el contrario, si le etiquetas como vago, optará por rendirse antes de tiempo.

Ensalza sus virtudes
No se trata de que le mientas otorgándole virtudes que no tiene, sino de que mires con lupa de aumento sus cosas buenas. Esto le ayudará a distinguir lo que está bien de lo que está mal y hará que se sienta orgulloso de sus conquistas y capaz de conseguir otras nuevas. Si siente que confías en él, aprenderá a confiar en sí mismo.

Si le paraliza su miedo a fallar…
Haber cometido un error en el pasado o, simplemente, el miedo a equivocarse, paraliza a algunos niños y les hace sentirse incapaces de actuar.
En la mayoría de las ocasiones este comportamiento se explica porque el pequeño está viviendo una etapa difícil (la separación de los padres, la muerte de un ser querido, una mudanza…) y se siente desorientado y desmotivado.
Si crees que es el caso de tu hijo, habla con él, intenta que te cuente qué le pasa y una vez que se haya desahogado, anímale a actuar, repitiéndole que es normal que las cosas no salgan siempre a la primera y que de los errores se aprende.

Reforzar su autoestima
Los niños que habitualmente participan en las tareas del hogar (recogen su dormitorio y echan su muda sucia a la lavadora, por ejemplo) tienen la autoestima más alta y se esfuerzan más en superarse que los pequeños a los que les dan todo hecho.
Los hijos de padres sobreprotectores suelen rendirse ante las adversidades a la primera, pues están habituados a que sus mayores les resuelvan los problemas.

Vía: contexto.com.ar

Publicado en: Salud, Titulares

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