En los “Comentarios Reales”, el Inca
Garcilaso de la Vega, cuenta que la fundación del Imperio Incaico,
mezclado con Tiahuanaco, se debió a la bondad del Padre Sol, quien envió
a su hija en un rayo de plata que descendió en la Isla del Sol en el
Lago Titicaca. Ella venía a enseñar a los pobres indios a urdir la lana,
el cultivo de la tierra y el uso de los metales.
Aquí se da comienzo por primera vez a la
leyenda del probable origen extraterrestre del gran imperio del
altiplano. El rayo de plata aparece como una astronave venida del
espacio exterior.Por su parte, el escritor francés Robert Charroux, en
su libro “La Historia Desconocida de los Hombres”, recoge informaciones
del biólogo español García Beltrán, descendiente directo de ese gran
historiador de la Conquista española del Perú, el mestizo Inca Garcilaso
de la Vega, a quien ya hemos recordado. Garcilaso era hijo de una
“ñusta”, princesa incaica.Charroux nos cuenta que el señor García
Beltrán había heredado de su antepasado documentos inéditos relativos a
las tradiciones andinas y no incluidos en el libro “Comentarios Reales”.
Uno de ellos dice textualmente: “Los escritos pictográficos de
Tiahuanaco dicen que en la era de los tapires gigantes unos seres
humanos muy evolucionados, palmeados y con sangre diferente de la
nuestra, venidos de otro planeta, hallaron de provecho el lago más alto
de la Tierra.”En el curso de su viaje interplanetario, los pilotos
lanzaron sus excrementos sin aterrizar y dieron al lago la forma de un
ser humano acostado de espaldas.”No olvidaron el ombligo, lugar donde se
posaría nuestra primera madre, encargada de inseminar la inteligencia
humana.”Tal leyenda, ayer, nos habría hecho sonreír. Hoy, nuestros
hombres ranas copian artificialmente los dedos palmeados de los colonos
de Tiahuanaco.”Con sus potentes telescopios, los visitantes siderales
buscaron, pues, una altura y un lago favorables a sus organismos y su
vida anfibia.”El significado de ‘excrementos’ puede ser: cosas salidas
de la aeronave para modificar los contornos del lago.”Nótese que para
arruinar la tradición y desacreditar el lago en el espíritu de los
andinos, los mapas lo representaron hasta 1912 con una forma casi
redonda. Al nombre legítimo del lago: Titi (lago del misterio y del
sol), se agregó el sufijo caca, que significa excremento.”Y el señor
García Beltrán sigue aportando documentos que él acredita que eran del
Inca Garcilaso:“En la era Terciaria, cuando ningún ser humano existia
aún en nuestro planeta, poblado sólo de animales fantásticos, una
aeronave brillante como el oro viene a posarse sobre la Isla del Sol del
lago Titicaca.“En la era Terciaria, cuando ningún ser humano existia
aún en nuestro planeta, poblado sólo de animales fantásticos, una
aeronave brillante como el oro viene a posarse sobre la Isla del Sol del
lago Titicaca.”De la nave descendió una mujer, que se parecía a las
mujeres actuales de los pies a los senos; pero tenía la cabeza en forma
de cono, grandes orejas y manos palmeadas de cuatro dedos.”Su nombre era
‘Orejona’ y venía del Planeta Venus, en donde la atmósfera es más o
menos análoga a la de la Tierra.”Sus manos palmeadas indicaban que
existía agua en abundancia en su planeta original y desempeñaba un papel
primordial en la vida de los venusinos.”(...)
Un día, cumplida su
misión de formar una nueva raza, Orejona volvió a emprender vuelo en su
astronave. Sus hijos, ulteriormente procrearon, dedicándose sobre todo
al destino de su padre tapir, más en la región del Titicaca una tribu
que permaneció fiel a la memoria de Orejona desarrolló su inteligencia,
conservó sus ritos religiosos y fue el punto de partida de las
civilizaciones preincásicas.”He ahí lo que está escrito en el
frontispicio de la puerta del Sol en Tiahuanaco.”Así es como este
biólogo español, descendiente del Inca Garcilaso de la Vega, nos lleva
al origen extraterrestre de la gran cultura del altiplano.Por su parte,
don Manuel González de la Rosa, en su obra “Los dos Tiahuanaco”, comenta
la versión que el “quipocamayo” Catari hiciera en el siglo XVI a los
jesuítas, al interpretarles los quipos incas. La versión, en cuestión,
se dice que habría sido entregada por el canónigo de Chuquisaca, don
Bartolomé Cervantes, al jesuíta italiano Anello Oliva, cronista e
historiador del Alto Perú.El comentario de don Manuel González de la
Rosa, en la versión de Robert Charroux, dice:“El nombre primitivo de
Tiahuanaco era Chucara. La ciudad era enteramente subterránea y lo que
existía en la superficie no era sino una cantera de talla de piedra y la
aldea de los obreros.”La ciudad subterránea daría la clave de una
extraña civilización que se remonta a los tiempos más primitivos.”Se
llegaba a la ciudad por varias entradas, que vieron el gran naturalista
francés Alcide d’Orbigny y los viajeros Tschudi, Castelnau y Squier,
quienes hablan de sombrías y fétidas galerías que desembocan en el cerco
de murallas de Tiahuanaco.
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